Continua la persecución del Gobierno contra los fumadores. Un mes antes de que la nueva ley Antitabaco prohiba fumar en los espacios públicos, el ejecutivo ha elevado el precio del tabaco. El pasado 3 de diciembre en Consejo de Ministros aprobaba la nueva subida de los impuestos especiales que gravan el tabaco y tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), ayer entraba en vigor.
Esta nueva subida se ha cebado con las marcas más consumidas, que han aumentado su precio entre 35 y 40 céntimos. Altadis y Philip Morris ya han ajustado el precio de sus cajetillas. Así, los paquetes de Fortuna y de Nobel pasan a costar en estanco 3,85 euros (35 céntimos más), el de Ducados 3,75 euros (40 céntimos más) y el de Marlboro 4,25 euros. Mientras que Chesterfield y L&M aumentan hasta 3,95 euros y 3,65 euros, respectivamente.
Pero donde más se ha notado es sin duda en el “tabaco de liar”. El aumento progresivo de las ventas de este tabaco en el último año por su bajo precio, le ha pasado factura. Su nuevo coste se incrementa entre 0,60 euros y un euro. Un ejemplo de ello, es la marca Pueblo, que ha pasado de costar 2,85 euros a 3,85 euros.
En su campaña contra el tabaco, el ejecutivo siempre ha alegado razones de salud pública y su deseo por acabar con esta adicción. ¿No sería más fácil prohibir su venta? No, porque con esta subida el Estado se embolsará 780 millones de euros. De esta forma, los fumadores pagarán la reciente rebaja de impuestos a las pymes. Entonces hablamos de una finalidad recaudatoria, no sanitaria.
Pero aquí no acaba todo. La polémica está servida. La entrada en vigor de la Ley Antitabaco próximo 2 de enero llenará aun más las arcas del Estado. Las sanciones por incumplir la ley podrían ir desde los 30 euros hasta los 600 (sanciones leves), de 601 a 10.000 (infracciones graves) y hasta 60.000 (muy graves).
Ni fumadores ni hosteleros están contentos. El sector de la hostelería y restauración en España augura un descenso del 10% de las ventas y la pérdida de unos 140.000 empleos. No se podrá fumar en bares ni restaurantes, pero resulta contradictorio que si dejen vender tabaco.
Esta nueva subida se ha cebado con las marcas más consumidas, que han aumentado su precio entre 35 y 40 céntimos. Altadis y Philip Morris ya han ajustado el precio de sus cajetillas. Así, los paquetes de Fortuna y de Nobel pasan a costar en estanco 3,85 euros (35 céntimos más), el de Ducados 3,75 euros (40 céntimos más) y el de Marlboro 4,25 euros. Mientras que Chesterfield y L&M aumentan hasta 3,95 euros y 3,65 euros, respectivamente.
Pero donde más se ha notado es sin duda en el “tabaco de liar”. El aumento progresivo de las ventas de este tabaco en el último año por su bajo precio, le ha pasado factura. Su nuevo coste se incrementa entre 0,60 euros y un euro. Un ejemplo de ello, es la marca Pueblo, que ha pasado de costar 2,85 euros a 3,85 euros.
En su campaña contra el tabaco, el ejecutivo siempre ha alegado razones de salud pública y su deseo por acabar con esta adicción. ¿No sería más fácil prohibir su venta? No, porque con esta subida el Estado se embolsará 780 millones de euros. De esta forma, los fumadores pagarán la reciente rebaja de impuestos a las pymes. Entonces hablamos de una finalidad recaudatoria, no sanitaria.
Pero aquí no acaba todo. La polémica está servida. La entrada en vigor de la Ley Antitabaco próximo 2 de enero llenará aun más las arcas del Estado. Las sanciones por incumplir la ley podrían ir desde los 30 euros hasta los 600 (sanciones leves), de 601 a 10.000 (infracciones graves) y hasta 60.000 (muy graves).
Ni fumadores ni hosteleros están contentos. El sector de la hostelería y restauración en España augura un descenso del 10% de las ventas y la pérdida de unos 140.000 empleos. No se podrá fumar en bares ni restaurantes, pero resulta contradictorio que si dejen vender tabaco.
leyendo este articulo te das cada vez mas cuenta de que es una caza de brujas contra los fumadores,la ley ha salio hace unos pocos dias y ya he tenido que salir a fumar a la calle estando en un bar y me parece denigrante lo que estan haciendo,por una parte entiendo y respeto a la gente que no fuma pero lo que no pueden hacer es prohibir de forma tan radical sin darse cuenta que el sector hosterelero se esta viendo afectado y si en realidad quieren prohibir que prohiban la venta de tabaco en toda España y el estado deje de ganar dinero por una sustancia que es cancerigena.
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