24 diciembre 2010

Pieza audiovisual sobre 'La vida loca' de Christian Poveda



Realizado por:

Kike Martín (Montaje)

Teresa Salvador Gezze (Guión y montaje)

Soledad Fernández (Locución y montaje)

Rebeca D.M. (Montaje)


Banda Sonora: 'La Calle' de Orishas

19 diciembre 2010

3 metros sobre el cielo: FOQ para la gran pantalla

Basada en el libro del escritor italiano Federico Moccia llega a la gran pantalla '3 metros sobre el cielo', protagonizada por Mario Casas y María Valverde. El film, dirigido por Fernando González Molina, se ha ganado el titulo de estreno español más taquillero del año pocas semanas después de su estreno en cines.

La eterna historia de amor imposible entre la niña bien que nunca ha salido del barrio y el rebelde sin causa, o con ella, que la atrae hacia un excitante y desconocido mundo es el argumento principal de este largometraje.

Salvando las diferencias, que las hay y muchas, el núcleo argumental del drama romántico de Romeo y Julieta se traslada al siglo XXI en lo que se convierte en una historia de amor y desamor sobre dos ruedas; aunque con un final bastante más típico de nuestros tiempos que el que vivió la famosa pareja a la que dio vida Shakespeare.

La más pura esencia adolescente envuelve a cada uno de los personajes de ‘3 metros sobre el cielo’ y serán sin duda las personas en esta edad las que tildarán a la película de emocionante y romántica hasta la médula. Para los que dejaron atrás la dorada juventud pasional pero conservan parte de ese espíritu puede resultar entretenida; para los que se han vuelto más críticos con los años puede parecer, sin embargo, ridículamente cliché.

No hay que desestimar el trabajo de los actores principales y secundarios, muy en su sitio en todo momento, a pesar de que 3MSC parece un remake de FOQ (Física o Química) llevado a la gran pantalla. Hormonas, rebeldía y amor adolescente, poco reales pero bastante comerciales, son los ingredientes del último gran éxito del cine español.


18 diciembre 2010

El futuro incierto del periodismo


Que el periodismo está en crisis no es nada nuevo, pero las últimas noticias que hemos conocido no presagian mejores tiempos. Un futuro incierto que desde hace años arrastra problemas como el intrusismo, la irrupción de internet y el periodismo ciudadano, la pérdida de público, despidos y cierres de medios de comunicación, críticas por parte de la sociedad y el ámbito político, y un sin fin de consecuencias derivadas de todo ello que han conseguido hacer tambalear los cimientos de una profesión que en su día gozaba de un mayor prestigio y respeto.

Estos últimos días han salido a la luz dos noticias que han puesto de manifiesto dos de los principales problemas a los que se enfrenta el mercado periodístico. Por un lado, el aumento del paro en el gremio debido a la crisis económica y , por otro, el cierre del canal de noticias 24 horas, CNN+, como consecuencia de una tendencia a menospreciar la información en favor de un entretenimiento morboso, que en ocasiones resulta vergonzoso.

Según Informe Anual de la Profesión Periodística 2010, editado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), desde que comenzó la crisis uno de cada cuatro periodistas se ha quedado en paro. Lo más preocupante que desvela este estudio es que existen 30.000 puestos de trabajo para cerca de 70.000 licenciados en periodismo, número que cada año se incrementa más. En 2011 se preve que 3.000 estudiantes se licencien y entren en un mercado en el que están avocados al fracaso.

Terminar la carrera no te asegura un puesto en el sector, ni siquiera realizar prácticas en cualquier medio. Además, hoy en día parece ser que cualquier persona puede ser periodista. En este sentido, una parte crítica de la sociedad ha motivado el nacimiento del llamado “periodismo ciudadano”, que no es más que la opinión de personas hacia ciertos temas de relevancia en un amago de libertad de expresión ciudadana. No son periodistas, pero sin quererlo llegan incluso a competir con ellos.

El declive del periodismo es latente. Que Prisa, considerado el mayor grupo de comunicación español, cierre su canal 24 horas de noticias, CNN+, refleja el cambio de tendencia motivado por una sociedad que busca el entretenimiento a través de la prensa rosa y encuentra su mejor aliado en Telecinco. El público premia a personajes vulgares e incultos y los medios les otorgan voz porque engrosan sus datos de audiencia.

Pero, ¿quién ha fracasado en este modelo? Lo fácil seria echarle la culpa a la crisis económica, a la sociedad y a todos estos problemas para seguir manteniendo un modelo inviable y nada esperanzador. Sin embargo, comenzar desde la autocrítica dentro del propio sector y reflexionar sobre la dirección que debe tomar la profesión, es el principio de un largo camino para buscar aquello que reclaman las voces más críticas: la vuelta del periodismo de calidad.

09 diciembre 2010

¿Cuestión de salud o de dinero?


Continua la persecución del Gobierno contra los fumadores. Un mes antes de que la nueva ley Antitabaco prohiba fumar en los espacios públicos, el ejecutivo ha elevado el precio del tabaco. El pasado 3 de diciembre en Consejo de Ministros aprobaba la nueva subida de los impuestos especiales que gravan el tabaco y tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), ayer entraba en vigor.

Esta nueva subida se ha cebado con las marcas más consumidas, que han aumentado su precio entre 35 y 40 céntimos. Altadis y Philip Morris ya han ajustado el precio de sus cajetillas. Así, los paquetes de Fortuna y de Nobel pasan a costar en estanco 3,85 euros (35 céntimos más), el de Ducados 3,75 euros (40 céntimos más) y el de Marlboro 4,25 euros. Mientras que Chesterfield y L&M aumentan hasta 3,95 euros y 3,65 euros, respectivamente.

Pero donde más se ha notado es sin duda en el “tabaco de liar”. El aumento progresivo de las ventas de este tabaco en el último año por su bajo precio, le ha pasado factura. Su nuevo coste se incrementa entre 0,60 euros y un euro. Un ejemplo de ello, es la marca Pueblo, que ha pasado de costar 2,85 euros a 3,85 euros.

En su campaña contra el tabaco, el ejecutivo siempre ha alegado razones de salud pública y su deseo por acabar con esta adicción. ¿No sería más fácil prohibir su venta? No, porque con esta subida el Estado se embolsará 780 millones de euros. De esta forma, los fumadores pagarán la reciente rebaja de impuestos a las pymes. Entonces hablamos de una finalidad recaudatoria, no sanitaria.

Pero aquí no acaba todo. La polémica está servida. La entrada en vigor de la Ley Antitabaco próximo 2 de enero llenará aun más las arcas del Estado. Las sanciones por incumplir la ley podrían ir desde los 30 euros hasta los 600 (sanciones leves), de 601 a 10.000 (infracciones graves) y hasta 60.000 (muy graves).

Ni fumadores ni hosteleros están contentos. El sector de la hostelería y restauración en España augura un descenso del 10% de las ventas y la pérdida de unos 140.000 empleos. No se podrá fumar en bares ni restaurantes, pero resulta contradictorio que si dejen vender tabaco.

04 diciembre 2010

Las nuevas formas de publicidad

Comprender las novedades y saber cómo utilizar las nuevas y cambiantes formas de comunicación para conseguir ciertos objetivos es para los publicistas un reto diario. La publicidad convencional es pisar sobre seguro, pero ya no es suficiente para llegar de forma impactante a los consumidores potenciales.

La marca de cafeteras Tassimo ha decidido utilizar la herramienta Youtube para dar a conocer su producto de una forma muy original: mediante una miniserie al estilo Pixar. La campaña va dirigida a las mujeres de hoy en día, en todas sus variedades, y pretende llegar a ellas de una forma amena y divertida.

Os dejo aquí algunos de los videos que ha creado esta empresa y que creo que son un buen ejemplo de cómo adecuarse a los vertiginosos cambios de esta era de la comunicación.

 

03 diciembre 2010

Una realidad triste, pero existente

Fotografía de la estampida de un festival en Camboya en El País (23.10.2010)

Cuando un país es devastado por una catástofre natural o cuando se produce un atentado los medios de comunicación se hacen eco de ello. La polémica surge en la forma de cubrir este tipo de acontecimientos, es decir, en el trato que le dan a la información y especialmente a las imágenes que se difunden.

La línea que separa la información del puro morbo parece no estar muy clara. Ejemplos de estos los hay a millares. Uno de los últimos fue la catátrofe de Haití donde a través de los medios pudimos ver una gran cantidad de imágenes de cadáveres y niños muertos que a más de uno nos hicieron apartar la vista del televisor o pasar la página del periódico. Otro de estos casos, mucho más cercano a nuestro país, fue el atentado del 11-M.

En este punto, las preguntas son varias: ¿cuál es el objetivo de estas fotografías?, ¿es realmente es necesario mostrar este tipo de imágenes?, ¿dónde está la línea que separa lo sensacionalista de la información y el morbo de lo ético? y ¿dónde se pierde el respeto y la dignidad de las personas?

El objetivo principal de las fotografías o imágenes es mostrar al mundo una realidad, que en ocasiones es dura, pero que existe. Acompañan una información y la dotan de más credibilidad. ¿Qué ocurría sino pudieramos ver esa información a través de las imágenes? Pues probablemente el grado de solidaridad con determinados acontecimientos se vería bastante reducido al igual que la magnitud que tendriamos respecto a ese suceso. En el caso de Haití sirvió para que la comunidad internacional se volcara con la población. En determinadas ocasiones, nos cuesta asumir los horrores de la realidad, pero es necesario mostrarla para que no caiga en el olvido, por muy triste que sea.

Buscar un impacto psicológico a través de las imágenes es un reclamo a veces muy utilizado. Algunas de las campañas de la DGT buscan dar de lleno en la sensibilidad de los conductores a través de anuncios que intentan evitar más muertes en la carretera simulando un accidente de coche o las consecuencias del mismo. Pero la repetición exagerada de estas imágenes también tiene su aspecto negativo: cuanto más las veamos más nos acostumbraremos a ellas y menos vulnerarán nuestra sensibilidad. Y esto ocurre por ejemplo con las imágenes de los atentados en Irak o con los asesinatos en México a cargo de narcotraficantes. Son demasiado cotidianas.

Un hecho cada vez más notorio es que a la gente le gusta el morbo, tanto en las informaciones como en las imágenes, y esto se refleja cada vez más en medios como la televisión donde mandan los gustos de la audiencia. Según un estudio realizado por Teleespectadors Associats de Catalunya (TAC), alrededor del 25% de las noticias emitidas en la segunda edición de los informativos de Cuatro y la Sexta caen en el sensacionalismo, mientras que Telecinco y Antena 3 dedican casi un tercio de sus informativos a las noticias de sucesos.

El problema es cuando este tipo de imágenes daña no solo la sensibilidad del espectador sino que vulnera la dignidad de las personas. Mostrar cadáveres como si se tratara de una imágen cualquiera a veces no resulta demasiado ético. Esos cadáveres no son simplemente cuerpos, sino que corresponden a personas con nombre y apellidos. El morbo y lo sensacionalista de estas imágenes chocan con el respeto a las personas, con su dignidad e intimidad. La falta de trato humano en la búsqueda de una imágen impactante que resalte el espectáculo por encima de los valores de la vida humana, con la intención de vender más periódicos o tener más audiencia resulta poco ético y moral.

Lo cierto es que nos guste o no, este tipo de imágenes se van a seguir repitiendo a diario y más teniendo en cuenta el carácter morboso de una mayoría de espectadores, entonces ¿sería conveniente poner límites a esto? Si y no. Es bastante díficil establecer una barrera, ya que nunca será suficientes para unos mientras que para otros sería excesiva. Además, entraríamos en un debate sobre la libertad de los medios para informar y los derechos de los ciudadanos a recibir información que no tendría fin. En este sentido, son los medios de comunicación los que deberían de llegar a un punto de inflexión y valorar realmente la necesidad de sobrepasar determinados límites a la hora de informar.

Sí. La tragedia vende

Foto: Elpais.com (17 nov. 2010)

Quizá esta fotografía, a priori, no escandalice especialmente a ningún lector pero, ¿qué significa esto? Puede que algunos digan que la imagen en sí no es tan cruda o puede, simplemente, que los medios nos hayan acostumbrado a ser bombardeados a diario con imágenes de una crueldad muy explícita hasta tal punto, que ya ni siquiera reparamos en ellas para sorprendernos.

El 11-S, el 11-M, la guerra de Irak, las catástrofes naturales... Son muchas de las ocasiones en las que los medios de información han jugado a competir por conseguir la foto más sangrienta. Teniendo en cuenta que no cumplen una labor de sensibilización, si no que su labor es la de informar sobre hechos de actualidad ¿es realmente necesario ver la muerte para saber que existe?

La epidemia de cólera de Haití es una mina de oro para aquellos medios que buscan una foto más sensacionalista que informativa. Captar un muerto en la calles haitianas supone un cadáver más allí y una palmadita más en la espalada de un fotógrafo aquí.

¿Lo triste? ¡Funciona! Los periódicos se pelean por la foto del cadáver más impactante y las televisiones luchan por captar los minutos más trágicos del drama ajeno. Lo hacen porque vende, porque el morbo es, hoy en día, el audímetro máximo del buen comunicador.

Para aquellos que se esconden bajo la excusa de ‘sensibilizar sobre la tragedia’, creo que lo que se consigue cotidianizando el uso de este tipo de imágenes es justamente lo contrario: insensibilizarnos ante algo que debería, al menos, llamar nuestra atención. La indiscutible fuerza de la imágen frente al texto pierde así su esencia.

Si nos remitimos a la imágen de Mike Wells titulada "La mano del hambre", podremos observar como, sin necesidad de recurrir a imágenes tan explícitas, se puede trasmitir un mensaje muy profundo sobre una realidad.
Accede a la galería de El País pinchando aquí.

Sensacionalismo o lo de todos los días

Fotografía publicada en portada en El País (2010)

De un tiempo a esta parte parece que no existe ningún medio de comunicación que no se resista a fotografías con un doble sentido. Si antes era una opción tomada por publicaciones meramente de información rosa, ahora vemos como los diarios más relevantes de nuestro país tambíen se han "subido al carro" del escándalo fotográfico.
El hecho de que un periodista redacte una información para causar el debate en noticias de relevancia menor es lo de menos, ya que la propia concepción que tenga cada uno de lo es la esencia del periodismo queda en su propia conciencia. Sin embargo la edición de fotografías con sentido a veces sexista otras morbosas o directamente sin respetar la dignidad de cada persona, va paulatinamente en aumento. Cabría preguntarse qué es lo que dichos medios pretenden conseguir, ¿acaso que no sepamos discernir entre las noticias verdaderamente informativas de las que no lo son?, ¿son todas igual de importantes por salir en portada?.
Serán varios los motivos, casualidad no es.

Una fotografía tiene el poder de transmitir un mensaje visual mucho más poderoso que cualquier titular. La continua presentación de noticias sobre tragedias de cualquier tipo con fotos muy esplícitas merma nuestra propia sensibilidad ante el tema. El bombardeo constante al que nos someten, consigue "acostumbrarnos" a imágenes de las que no deberíamos estar poco sensibilizados. Pero el tema no solo se concreta en catástrofes ambientales, violencia de género, guerras...sino en los propios roles que cada uno debemos desempeñar, es decir el hombre siempre será hombre y la mujer está para gustarle. Sensacionalis-sexismo, un tema aparte.

La mano del hambre




En esta impactante fotografía de Mike Wells encontramos que, en el primer instante la mirada va dirigida hacia la mano negra. Éste es por tanto el punto donde se concentra en su mayoría el peso visual de la fotografía.

A nivel denotativo encontramos que la mano negra se sitúa en el centro geométrico de la imagen, primer motivo por el cual llama la atención de entrada. Además se trata de una fotografía realizada con un teleobjetivo, de forma que el fondo queda desenfocado, realzando y aislando la imagen central y enfocada, que serían las dos manos.

El fondo desenfocado es de tonos oscuros y también lo es la mano negra, pero al colocarse entre medias de ambos tonos oscuros el tono claro de la mano blanca, la mano negra queda realzada y, en cierto modo, también aislada por el color.

En esta composición, hecha por disposición, ya que el fotógrafo ha decidido que foto quería tomar preparando la escena, encontramos también elementos denotativos que hacen que el peso visual resalte. Sin duda alguna la mano blanca, de un hombre adulto aparentemente sano, no es algo que tenga porque llamar la atención. Sin embargo, la mano negra es impactante por su calidad de desnutrición, por su tamaño y por su aspecto enfermizo, lo cual es llamativo e impactante a los ojos del espectador.

El contraste entre ambas manos transmite una sensación que nos lleva a pensar en la desigualdad entre razas, entre poblaciones y en la injusticia social que rodea nuestro día a día sin que nos demos apenas cuenta.