El fotógrafo Branguli captó en 1926 el trabajo de los obreros en las fábricas catalanas. En la imagen, mujeres trabajando con maquinas de coser empeñadas, en Barcelona.
La composición de la foto se sustenta en la selección del cuerpo de la fotografía. Así el esquema estrucutural ofrece en un primer plano cercanía, mientras el resto de figuras se alejan progresivamente a lo largo de la imagen.
El peso visual lo lleva en sí toda la hilera de costureras, sin que la carga visual este más presente en una figura que en otra. La profundidad de campo de la imagen hace que cada una de las partes representen un conjunto de una sola línea diagonal. Consecuentemente, el esqueleto estructural parece perfectamente simétrico, incluso con la posición de las cunas a los lados de las máquinas de coser.
La imagen en blanco y negro, no impide que la interpretación sea menor. La luz que entra por los grandes ventanales se refleja en el blanco de las telas. El color oscuro de la primera tela contrasta con el resto, por lo que puede llevar en este caso, el peso visual más significativo.
Branguli fotografió a estas costureras un dia cotidiano en su puesto de trabajo. La industrialización hizo que las mujeres saliesen de sus casas para aportar dinero extra. Sin embargo esta repentina salida, no escapaba de sus labores como madres. Los niños sentados algunos, revoloteando otros, esperan resignados que su jornada laboral termine.
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